jueves, noviembre 18, 2010


No hay nada más gratificante que un día de playa, tirarse en la arena y relajarse. Lo bonito que es tener un día para quererse, mimarse y dedicárselo en cuerpo y alma a uno mismo, puesto que con los vaivenes de esta vida tan ajetreada, a veces nos olvidamos de nosotros mismos.

Este fin de semana, si el tiempo lo permite, voy a volver a la playa, necesito el contacto de la arena con mi piel.

Un saludo a los que sois afortunados de poderlo hacer también.