domingo, junio 05, 2011



Tenemos recuerdos inquietos, que después de mucho pensar y analizar cada día de nuestro tiempo, las palabras y los latidos del corazón, terminamos agotados de no encontrar respuesta a la que buscamos. Tratamos de encontrarle sentido a la mayoría de cosas que tenemos en la vida, pero son cosas que así tratemos y dediquemos tiempo a ellas, no encontraremos el sentido que tienen en nuestra vida.

El tiempo que gastamos meditando nuestros sentimientos, nos hace cada vez más fuertes y creamos un tejido fuerte que es casi irrompible. Una fuerza que permite que sigamos adelante para cumplir cada sueño o visión propuesta desde un tiempo determinado, esa fuerza que nos llevará trinfantes a decir en algún momento: Lo logré!!

Tenemos recuerdos que nos hacen temblar, alucinaciones que consideramos perfectas, donde nuestra alma puede descansar en la unión de nuestros deseos con nuestros sueños más profundos. Esas alucinaciones, las cuales hacen que sintamos una adrenalina total de gritar y de mostrarle al mundo de lo que somos capaces de hacer.

Nuestra realidad, nuestros recuerdos, son sueños que compartimos y que creamos con cada frase o gesto sincero que sale de nuestro corazón. Tenemos la vida para poder disfrutar de volver realidad las metas que tenemos, porque la vida es una y si no logramos nuestro cometido, codiciaremos el deseo de estar muertos, porque nuestros sueños han sido quebrados por nuestra propia incapacidad de seguir.

Pero tenemos la oportunidad de elegir bien y de que nuestros pensamientos se unan en uno solo buscando nuestro propio bienestar y así desarrollar nuestro futuro sin complicaciones.

Así que, a fin de cuentas, como decía alguien muy sabio: "Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reir"

lunes, febrero 21, 2011

Hoy voy a relatar una de las mejores experiencias que he vivido hasta el momento: fue el ayudar a Chiripa a tener a sus cachorritos. Transcurría el sábado 29 de Enero de 2011, 22.00hrs. La perrita empezó a sentirse intranquila y a buscar un lugar donde enrollarse como un ovillo y no encontró un lugar mejor que entre mis piernas. Me lamía las manos, ella sabía que allí estaría bien cuidada. Empezó a temblar y a respirar más rápido. Sacaba la lengua, temblaba... Eran las contracciones, pensé. Así fué, le noté como se le ponía dura la barriga y empezaba a empujar...qué nervios! jamás habría pensado que fuera así. El momento de más emoción fue cuando vi aparecer la cabeza del primer perrito, fue un momento que solo puede saber como me sentí, la gente que lo haya vivido por primera vez. Así como fue un momento precioso, fue un momento también de impotencia, cuando salió la cabeza, la perrita dejó de empujar y allí fue el momento que más miedo tuve, ya que nunca había hecho esto y no sabía como reaccionar, ya que el perrito se quedó solo con la cabeza fuera y atrapado por el cuello, en eso sacó la lengua y pensé lo peor: perrito muerto. Ay, dios mío! que hago, no pude, sino echarme a llorar de la impotencia de no saber si lo tenía que sacar yo o si la perrita debía seguir empujando... pero bueno, me armé de valor y estiré de la cabeza del perrito, pensando que lo peor ya había pasado y le saqué, en eso oí que empezaba a llorar y alli fue donde ya me puse a llorar, pero de alegría al ver que el perrito estaba vivo. A las 00.10 nació el primero. Como buena mamita, Chiripa empezó a limpiarlo en mis manos, aquí en la foto lo veis.
El segundo me pilló sin cámara y muerta de sueño, puesto que no nació hasta las 07.30 de la mañana del domingo, pero todo fue bien y sin problemas, ahora ya tenía la experiencia del primero y la ayudé sin problemas, todo esto entre palabras de ánimo a la perrita y pidiéndola que empujase y diciéndole que me ayudase.
En esta foto, ya están los tres primeros mamando, la tercera, fue una perrita y nació a las 10.00 de la mañana. Todo un honor cortarles el cordón umbilical y la mami entre mis piernas, me lamía las manos como dándome las gracias por ayudarla en todo momento.
A las 12.30 del mediodía nació la segunda niña, ya iban cuatro, aquí están mojaditos de los lamidos de su mami y durmiendo, en este momento de la foto, la perrita estaba a mis pies, descansando y cuando me di cuenta le estaba saliendo la última cachorrita. Eran las 14.15 hrs.

Por fin, toda la camada junta, limpia y durmiendo al igual que su mamita, echada, como no, a mis pies, descansando después de su primera experiencia como mamá. Trabajo terminado: dos perritos y tres perritas. Veredicto final: FELICIDADES CHIRIPA!

















miércoles, enero 26, 2011


Un alivio sentir que no hay respuesta.
Adoro cuando, en silencio, hacemos el mayor esfuerzo por oir una gota caer o unos pasos que se alejan.
No me importa quedar parada, sin hora, sin lugar, sin ruidos que avivien sentimientos, sin pensamientos.
Un soplo en el que la vida se apura y se juzga en dejar atrás. Dejar atrás todo aquello que vivimos con la mochila puesta y decididos a alcanzar la cima. Seguir y seguir, porque acaba una época y se emprende otra, pasos incesantes donde los sinsabores se han agotado y solo quedan de esos, de los que desearías repetir una y otra vez.

Nuestra comunicación es efímera, incalculable en horas y acumulada en la parte desechabe de nuestro ser o tal vez no.
Las palabras se las lleva el viento, todo desemboca en una red de infinitas intenciones que no van más allá, promesas y más promesas, palabras y más palabras.
Mi comunicación no es conocida por eso, mi ser rechaza la palabrería y aguarda las miles de sonrisas y miradas que quedan por llegar.
Lo importante es el momento, aquí y ahora, el mañana ya no me vale, ni incluso cuando terminemos de pensar. Si esperas algo, no tardes en actuar. Mañana puede ser demasiado tarde.
No creo en el tiempo, ni en lo que queda por vivir, no quiero pensar, no vivir de meras ilusiones que jamás llegarán a mi. Algunas ilusiones tienen fecha de caducidad.
Omite el tiempo y no pares de vivir al día, nunca se sabe cuando puede ser el último.