Es curioso lo de los días de lluvia, invitan a la melancolía, a la tristeza, a pensar...Esto ya lo hacía desde pequeña, solía sentarme en la terraza de mi casa a contemplar el agua caer, incluso ahora de más mayor también lo hago, es algo que me fascina. Apoyada con la cabeza tras los cristales, observo el agua como los golpea. Con la mirada algo perdida permanezco soñando horas y horas. Imágenes del pasado inundan mis nublados ojos, recuerdo una niña que saltaba charcos salpicando su ropa con barro, me transporto a aquellos días de mi infancia en los que jugaba con mis muñecas y mis cochecitos.
Sí, ya sé que tan solo es un fenómeno meteorológico, pero es lo que tiene ser una nostálgica empedernida, aunque no soy de las que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Ahora hay que sentarse y reflexionar sobre el hoy, el momento. Es muy importante vivir el momento. Es tan corto el momento, que cuando menos te lo esperas, ya se convierte en pasado.
La gente cree que el destino es como un río que fluye en una sola dirección, pero yo le he visto la cara al tiempo y es como un océano en la tormenta.
A día de hoy, no pienso hacer nada que comprometa mi mañana.
Ani.
1 comentario:
Hermoso!!! Me encanta como escribes!!!
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